Madrid estrenó el pasado viernes 30 de noviembre, Madrid Central, un cambio histórico que pone a la ciudad a la vanguardia de las ciudades que luchan contra la contaminación.
La medida de la alcaldesa, Manuela Carmena, cierra al tráfico un área de 472 hectáreas en el centro de la ciudad, donde solo podrán circular residentes y transporte público. Los no residentes pueden acceder siempre que tengan etiqueta ambiental y vayan a un aparcamiento de uso público.
La iniciativa se hace por salud pública, impulsada por la Comisión Europea y espera reducir un 40% la emisión de contaminantes en el área.
Muchas ciudades europeas han tomado medidas contra los humos de los coches, pero tan solo cuatro han ido más allá que Madrid y han impuesto un peaje para entrar al centro: Londres, Milán, Estocolmo y Gotemburgo.
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